Elegir un microscopio no es solo una cuestión de presupuesto o diseño. La verdadera clave está en comprender qué tipo de muestra se va a observar. Esto determina no solo el tipo de microscopio, sino también las características ópticas, la fuente de iluminación y la mecánica necesaria. En este artículo se abordan los dos grandes grupos de microscopios desde el punto de vista práctico, para ayudar a elegir el equipo adecuado desde el principio.

Los microscopios biológicos están diseñados para observar muestras transparentes o semitransparentes, que permiten el paso de la luz. Este tipo de microscopía se basa en la iluminación transmitida, es decir, la luz atraviesa la muestra desde abajo y permite ver estructuras internas. Muestras como células animales o vegetales, microorganismos y cortes histológicos son comúnmente observados usando estos microscopios.
Por lo tanto, este tipo de microscopio es fundamental en laboratorios clínicos, centros educativos o de investigación en biología y medicina.
Cuando las muestras no son traslúcidas, o cuando se requiere observar detalles en superficie o en tres dimensiones, la herramienta adecuada es un estereomicroscopio, también conocido como lupa binocular. En este caso, la luz se proyecta sobre la muestra (iluminación incidente), aunque en algunos equipos se puede combinar con luz transmitida desde abajo. Aplicaciones como la entomología, gemología y electrónica usan estereomicroscopios para observar las muestras con volumen.
La estereomicroscopía ofrece una visión tridimensional y es ideal para tareas de inspección, manipulación o documentación de muestras opacas.
En situaciones donde se necesita ampliar sin perder el enfoque, como en calidad industrial o colecciones naturales, un sistema con zoom continuo puede ser especialmente útil.
En resumen
Antes de centrarse en el aumento, el tipo de objetivos o cualquier otra especificación técnica, lo verdaderamente determinante es identificar con precisión el tipo de muestra que se desea analizar. Esta elección condiciona el tipo de microscopio necesario y sienta las bases para valorar otros aspectos clave como la calidad óptica, la ergonomía del equipo o las opciones de digitalización y conectividad. Una decisión bien orientada desde el inicio garantiza no solo mejores resultados, sino también una inversión más eficiente y sostenible.